Mujer y arte

Las esculturas más antiguas que hemos conservado del patrimonio humano adoptaron formas femeninas. Son las llamadas "Venus" y algunas tienen más de 20.000 años de antigüedad. No representan a mujeres concretas, sino la esencia de lo femenino, la herencia profunda que la mujer humana recibió de la Madre Naturaleza. Son un canto escultural a la ciencia de la vida y un elocuente testimonio de la admiración que sentía entonces la Humanidad por la capacidad de generar nuevos seres en conexión con la tierra, la Luna, las aguas y el misterio uterino. Con ellas nació el arte, al menos el arte escultórico. Mujer y arte han sido desde entonces inseparables.

El arte de las sociedades tradicionales no era estético, al menos no como valor fundamental. Su función era permitir un diálogo entre los seres humanos y la Naturaleza, o si lo preferís, con sus diosas y dioses. Por eso la mujer fue desde el principio un tema directriz y por eso los museos están llenos de objetos propiciatorios que un día fueron algo más que una curiosidad decorativa en un estante. Eran parte de su vida, de su forma de ser, de su modo de sentirse mujer, que ellas entendían como un privilegio sagrado.

   Las civilizaciones se fueron desarrollando y el arte y lo femenino mantuvieron este estrecho vínculo prácticamente hasta el siglo XIX, cuando el creciente materialismo ofuscó esta percepción. Desde Isis hasta María, pasando por los inolvidables perfiles griegos de Afrodita y las Amazonas, o la solemnidad escultórica de las Vestales romanas, hasta las mujeres renacentistas que conviven en escenas simbólicas con Santa Ana y con María Magdalena, o la evocación de las Sabinas de la pintura neoclásica... la mujer inunda el arte como tema de referencia, en abrumadora superioridad respecto a las evocaciones masculinas. Más de 20.000 personas al día contemplan la Gioconda en el Museo del Louvre y nadie sabe explicar del todo la causa de su magnetismo.

Cuestión adicional es la mujer artista, es decir, las creadoras de formas e imágenes, ya lo hagan con materia física o con palabras. ¿Cómo saber quién realizó las pinturas de las grutas prehistóricas? Se ha dado por supuesto que fueron hombres, así, sin más. También hay incontables pintoras y escultoras esperando a que su trabajo y su aportación al arte sean "conocidos y reconocidos".

¿Cuántas personas saben que los poemas firmados más antiguos de Oriente Próximo pertenecen a una mujer? Sí, están escritos por la princesa y gran sacerdotisa de Ur llamada Enheduana. Una vez más, literatura y mujer se vinculan en sus orígenes, y lo hacen de nuevo en un marco sagrado: el culto a la diosa Innana.

También en otros aspectos artísticos como la música y la danza tenemos testimonios de más de cinco mil años, y aún de nuevo podríamos seguir la pista de las danzantes más veteranas de la historia en las pinturas prehistóricas. Las danzas de Hathor en Egipto o las fascinantes expertas en baile de La India antigua convirtieron el cuerpo femenino en un elocuente canto a la belleza, el ritmo y la sabiduría corporal. De ahí a nuestros escenarios más vanguardistas se sigue una larga cadena ininterrumpida de maestras de danza en todas las culturas.

Creo que se hasta que no se revise de nuevo la historia del arte sin proyectar ideas preconcebidas no podremos empezar a darnos cuenta del verdadero protagonismo de la mujer en este ámbito. Así que poco a poco vamos a ir reivindicando a cada mujer artista o literata de la que tengamos noticia, hasta conformar una gran cronograma del asunto, para volver a escribir la historia del arte con todas las letras, en femenino y en masculino, dando a cada uno lo que le corresponde. 

¡Feliz y artística semana!