Soy mujer. Nací en el siglo XX y comparto con todas las mujeres del planeta el reto de redefinir a la mujer del siglo XXI. Este espacio es un rincón de la red en el que expreso mis reflexiones, ideas, consejos y tips sobre mi propia versión del ser mujer. Hay muchas otras opciones, todas respetables, esta es mi perspectiva.
Espero aportar ideas inspiradoras sobre mujeres del pasado y consejos útiles de mujeres del presente. Juntas formamos el pedestal donde se alzará la estatua de la mujer del futuro. Nuestros pensamientos, sentimientos y actos son más que hechos cotidianos, son un canto de vida, una estrella en el firmamento, una épica femenina cuya gloria se siente y se presiente.
Este blog no pretende ser sólo un reflejo de mi experiencia personal, porque hay muchas vivencias que no he tenido y que son fundamentales, como ser madre. Por ese motivo traeré a este espacio la voz de otras mujeres que son escuelas vivientes que caminan tranquilamente por el mundo. Estoy convencida de que la mujer es una escuela para la mujer.
No idealizo, ni creo en la infantil argumentación de que los hombres son malos y las mujeres buenas. Tampoco me gusta el papel de víctima que en aras de un supuesto feminismo histórico se nos quiere otorgar de manera generalizada. Afirmar que la mujer ha vivido oprimida y anulada hasta el siglo XX es despectivo, incluso cuando se dice con el deseo de defendernos, pues lo que tal idea sostiene en segundo plano es que no hemos sido capaces de hacernos valer en miles de años... y eso es falso.
Os animo a recorrer conmigo las historias de mujeres de ayer y de hoy, para crearnos una imagen más amplia y profunda de la experiencia femenina en ese contexto que llamamos humanidad. Para ello también conoceremos hombres de distinto tipo con los que ellas convivieron, pues en mi opinión no puede entenderse a los unos sin los otros. Espero aportaros algunas ideas interesantes y puntos de fuga para nuevas construcciones arquetípicas, pues si algo es cierto es que la definición de mujer no está cerrada ni acabada... cada una de nosotras sigue aportando un matiz, un detalle, una variante... Sí, al final, cada mujer es única.
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